jueves, 26 de mayo de 2011

MAQUILLAJE

MAQUILLAJE
Beñat Baltza Alvarez


Cubierta: Detritus, Maquillaje recíproco

Primera Edición: Febrero 2009

Para la presente edición: TREMENTINA//POESÍA, Mayo 2011
* * *

Para todas las personas que han cuidado y cuidan de mí, y con un abrazo muy especial para mis amigos y amigas de Madrid, una banda maravillosa.

Y para Xabin Egaña, con un escalofrío.
* * *

"Cuando vivíamos en Sacramento, un vagabundo se nos acercó en K. Strret y nos dijo: ¿Sabéis lo que sois? Sois hermosos monstruos. Aquello nos encantó, porque así era como nos sentíamos. En nuestro mundo éramos rey y reina; habíamos creado nuestro propio mundo, pues no había otro para nosotros"

Poison Yvy, The Cramps

"En aquella época, todos esos cantantes de folk-rock del norte de California expresaban llorosos sus más íntimos sentimientos, no había nada que pudiera llamarse rock'and roll. ¡Y nosotros encontrando todo ese material increíble!: tipos gritando, muy nerviosos, enloquecidos, cachondos y todo lo demás"

Lux Interior, The Cramps

"Cuando los Beatles aterrizaron en Estados Unidos vomité"

Diamanda Gallas

"los pocos que se percataron de algo --Goethe--"
Pero, ¿de qué?
Opino que de la sintaxis.

Gottfried Benn
* * *


SIDE ONE



CANTO


Cuando por la noche, solo en el bar, te quedas
rodeado de esto y aquello y de la desolación que dejó el día;
cuando todo ha concluido y apenas has comenzado,
apagas el cigarrillo y detienes un ahogo
de olímpica congoja, la sangre corre por las venas,
cargas con las imágenes,
el signo quizá llegue.

No puede ser tan, piensas, cercano a la ventana,
pero ya no sabes seguir ese hilo, el laberinto se ha derrumbado;
pesos, alturas, volúmenes,
trabar las imágenes, ajustarlas,

sentir la aflicción pero no afligirse:
con eso has de poder, no tendrás otra dicha.
Los homínidos, el homo sapiens, los pueblos y sus tablas de leyes─
tú tienes la canción: de la pena y del mañana,
aunque la taberna esté ahora cerrada.

* * *

Cuando éramos blanca arena, antes de este turbio asunto,
cuando tengo memoria de las cuevas, del fuego y de extenuantes cacerías,
cuando al fondo de la carretera veo pueblos mustios y fábricas asquerosas,
cuando hombres y mujeres acuden a esas fábricas asquerosas en vez de
[quedarse en casa,

entonces pienso que absolutamente nada ha cambiado,
que tan sólo han cambiado los contornos de la desdicha;
calentarse en la cueva, calentarse en la chimenea,
de rodillas y hacer eso para proseguir,

después rugir, o hablar, o fumar y hablar, el dulce otoño
ceñido a sus orillas pasa solo, aguarda los compases del pastor,
sigue su curso, hasta el mar─
viscosidad humana, fin del viaje.

* * *

DESCRIPCIÓN DE UNA LUCHA


Lo que siento, cuando llega la noche, me acuesto
solo o en compañía, es con frecuencia lo mismo,
extraña ley, extraño proceder, este espanto y esta
desgana, morir es una solución.

Es un mal rollo ahí dentro, que toma posesión de uno,
lo roe, lo carcome, un Moloch proteico
que lucha con la química de los somníferos,
hasta que hacen efecto, cuando ya no quedan quejas, dolor de todo, por
[nada.

Veo como voy pasando de lo antiguo a lo anterior, desindividualizándome,
del presente erguido al árbol, más tarde
siento el frío de los mares, me rasco las escamas, boqueo,
al poco soy las huevas, un encogimiento, ya me duermo.

Y cuando me levanto, una taza de café, un cigarrillo, lo de siempre,
aspiro la esperanza de algo tranquilo, y a veces llega
en noticias fugaces y me ducho, cansado de ducharme,
y sigo porque así son las cosas, cansado, de esto y de lo otro, muy cansado.

* * *

ELOGIO DE LA TRISTEZA

Sobre la hierba helada, espesada por el barro,
se extiende esta niebla de mañana, y me envuelve
una lentitud desconocida, una ligereza casi dulce,
los enunciados del mundo alcanzan niveles periféricos, el universo
es frío y vacío, anda cerca lo mortífero,
es terrible; y muy triste; pero no me molesta demasiado.

Miro las ramas bajas de los abetos,
me pregunto si habré sabido amar
además de mi nuca derramándose en la piedra,
con los últimos calores y las primeras aves sobrevolando las ciudades,
y si todo ello pudiera diluir el sufrimiento.

No comprendo bien estas preguntas, ¿diluir?, ─ pero hacia dónde,
¿acaso quedaríamos excluidos de ese dónde?─
Estas preguntas me irritan,
todo me supera, vivir, morir
en esta niebla de mañana.

Observo en mi mente volúmenes de materia, cuantificables, no cuantificables,
frío y oscuridad se alternan, hacen señas,
pasa una corriente que hiela;
ráfagas de besos y abrazos chisporrotean:

Ah, esos días de panecillos tostados, barniz de hogaza,
cuando el muro cayó, arrullos de mediodías, ¡estaba todo tan cerca!, en tu
[mano
se recogía lo eterno
entre las primeras risas del día,
hinchada de deseo y semioculta de rubor─
las orquídeas blancas blanqueaban─
pero todo esto apenas me sostiene, estoy ya muy cansado, no consigo
[adaptarme.
* * *


ERLEBNIS

A Toni Negri, celebrando su liberación



Pueden juntar las horas y quemarlas en plata,
jugar a que hace frío y regresar al fenómeno;
pueden seguir aquí o marcharse de aquí,
movimiento y cesura, las ballenas se aparean.

Hay vidas que prometen y hay desdichados,
en las noches de invierno hace frío en el hemisferio;
la música de máquinas es una música para el invierno,
los bosques me aburren, no me gusta la fruta, todo está lleno de gente.

Me pinto los labios. Me dirijo hacia el Club.
He esperado mucho esta noche, probablemente tome algo
y piense, mientras bailo, en los universales;
pastillas para el ánimo, pastillas para el desánimo,
una pintura de Rothko, me gustan mucho tus pechos.

Cuando te miro sé que no se trata de poder o no poder;
cuando estás me gusta, cuando te has ido también me gusta.
Lo formado permanece, sólo existe lo formado,
el vacío es bello cuando lo formado es bello:
en lo alcanzado sin forma no hay desplazamiento.

Te los acaricio, sin perspectiva, ondulaciones,
la Tierra se mueve y yo espero a que oscurezca;
Djerzinski es demasiado impaciente, ¡me gustan tanto!, te los acaricio,
me gusta este vacío: Erlebnis.

Noviembre, 2003
* * *

HAY

Hay supermercados tan limpios que da no sé qué echar la cuenta al suelo,
luego hay también los hiperlimpios, con parque infantil, restaurantes y
[tiendas de telefonía móvil.
Hay zonas enteras de mi cuerpo como minas del siglo dieciocho:
cuando pasen los marselleses negros les prestaré unos petardos.

Hay lenguas de las que nunca comprenderé nada,
y ciudades con bellísimos rascacielos en los que jamás viviré.
Hay puentes que cruzan ríos y autopistas que atraviesan montañas,
qué sería de la naturaleza, pienso, si no fuera por el ser humano;
me acerco a la floristería. Hoy comeré pizza congelada.

Hay cargueros que traen a Bilbao gas licuado desde La Reunión.
Porque en Bilbao lo deslicúan puedo calentar mi casa en Donostia.
Hay hackers que trabajan con software libre y construyen dominios
[gratuitos y públicos
yo tengo una cuenta en sindominio.net,
me pregunto un instante qué diría Ruskin.

Hay días que se pone a llover de repente y me entra una alegría.
Y hay días asimismo que calienta el sol seguido y me entra una alegría.
Hay pisos en los que vivimos gente y obreros que murieron
[construyéndolos,
hay ricos y pobres, ¿siempre habrá?, y mundos oscuros en el mundo,
qué múltiple es la naturaleza, eso lo sabe la cabeza.

* * *

GLENN GOULD
Al genio


Estas notas no son tan sólo notas
ni mecánica simple neurotransmisora;
lo que los surcos y pliegues esconden
reflexivamente hizo que afloraran y asimiló el filum.

Sobre el teclado quedaba aún todo por decir,
una noche de insomnio puede suponer toda una vida para otra persona;
el plancton puede admitir mediciones, los armónicos valorizarse:
la falacia del intercambio concluyó en retiro,
todos los halagos asquean al genio.

Solo, retirado en su casa retirada,
vestido siempre con pantalones iguales,
por completo entregado al Arte,
el trabajo por el puro placer del trabajo,
lo puro como medida de la desproporción:
lo constituido se mofa de lo puro,
lo constituyente no construye hogares donde acoger lo desproporcionado.

Así pues primero el genio, después lo mundano, luego otra vez el genio,
[definitivamente
rodeado de bosque despejado y con la última tecnología,
largas conversaciones por teléfono, largas
soledades:
no es cierto que esto esté al alcance de cualquiera:

la hierba quiere abrazar las hojas de los narcisos,
porcelanas claras y moteadas, el té;
la voluntad no puede querer ir hacia atrás,
articulación temporal, desorden atemporal,

la genialidad es potencia no actualizada, lo demás es lo demás,
atardece una bruma de tristeza, variaciones Goldberg,
el genio es el genio, los demás lo demás,
comienza en la casa la jornada de trabajo.

* * *

SIDE TWO
(VENUS IN FURS)

* * *

Para Mara, one two three four...

* * *

Hace mucho frío esta mañana
y te levantas para ir al trabajo;
buenos días, mi amor, he soñado con una sociedad comunista
a partir de tus humedades.

La mañana se ampliaba, clara y fría, bajo el edredón,
y gozábamos de salario social garantizado.
Lenta, humanamente protegía tu somnolencia
y era un excelente amante.

Crisis de la teoría del valor,
crisis de las neocoms:
el debate Bush/Kerry: una reyerta entre y para viejas beatas,
te marchas, obligada por la infamia, tengo ganas de vomitar.

Pienso: el general intellect no se ama a sí mismo,
de lo contrario esto no ocurriría;
el general intellect es todavía trágico, yo necesito tus humedades para
[construir soviets─
amor mío una hora más, hasta que pase la tormenta.

* * *

Estábamos sobre aquella gran roca roja
exactamente como dos alimañas
y el inmenso cielo azulísimo y soleado
era un aria de Puccini cantada por un Deleuze ya viejo.

Ajenos a la desesperación y a la esperanza
como en un punto muerto de la evolución
la proximidad de la muerte la anunciaban los buitres
pero éramos anteriores a la descomposición.

* * *

No deberíamos enfadarnos nunca con los seres que amamos,
nuestra estancia es a un tiempo limitada y excesiva;
la mínima irritación destruye miles de neuronas
y en el futuro podríamos necesitarlas todas para un bello crimen.

Hay en este mundo auténticos sinvergüenzas,
de todas las clases, de todas las razas, hombres y mujeres
tristes como la pobreza, el hambre y la muerte evitables,
tristes como una mañana sin café, tristes, muy tristes.

Qué jodida tener que fumar tabaco de liar,
en otras guerras la gente muere más rápido;
la ciudad de Madrid está muy iluminada, ¡qué pasa!,
la ciudad apesta, y hago muecas de gran repugnancia

por causa de las escamas de mi piel,
y el calor es excesivo, pero no logra aturdirme del todo…
Oigo el ascensor que sube. Ojala sea Célestine
con comida japonesa, cigarrillos winston y ella toda.

* * *

Hay a veces momentos deliciosos,
incorporales que llegan y se instalan,
y con el temor a espantarlos con la brutalidad de mis órganos palurdos
me acomodo en una pasividad solemne.

No son en absoluto predecibles,
ningún ideal me conduce a ellos;
pilotan, navegan, por sí mismos, casi libres
de toda organicidad son en sí
la causa material de mi plenitud sensorial.